Tras años dedicada a la creación escénica, la maternidad le hizo conectarse consigo misma, con sus límites, con sus necesidades, con sus sueños más profundos.
En ese momento comprendió que el camino de educar a sus hijos en los valores que quería, pasaba inevitablemente por comenzar un viaje de autoconocimiento para convertirse en el ejemplo que realmente quería ser para ellos.